Historia de miedo
El fantasma de Diputación
La calle Mesones de Granada es uno de los clásicos en las historias fantasmagóricas de la ciudad. El antiguo edificio de Diputación fue una mezquita musulmana, más tarde la iglesia de la Magdalena, luego un almacén de una gran multinacional y, en 1985, edificio oficial de la administración. Precisamente en este último paso fue cuando se descubrieron numerosos restos óseos, al parecer infantiles, bajo los cimientos del edificio.
Desde finales de los 80 y principios de los 90, la construcción ganó prestigio entre los investigadores paranormales y se realizaron infinidad de reportajes en su interior. Desde fenómenos poltergeist hasta psicofonías. Existe, incluso, un retrato robot de la que se conoce como el alma errante de la Diputación.
La calle Mesones de Granada es uno de los clásicos en las historias fantasmagóricas de la ciudad. El antiguo edificio de Diputación fue una mezquita musulmana, más tarde la iglesia de la Magdalena, luego un almacén de una gran multinacional y, en 1985, edificio oficial de la administración. Precisamente en este último paso fue cuando se descubrieron numerosos restos óseos, al parecer infantiles, bajo los cimientos del edificio.
Desde finales de los 80 y principios de los 90, la construcción ganó prestigio entre los investigadores paranormales y se realizaron infinidad de reportajes en su interior. Desde fenómenos poltergeist hasta psicofonías. Existe, incluso, un retrato robot de la que se conoce como el alma errante de la Diputación.
El último verdugo de la Chancillería
En Granada ha habido varios verdugos. Sin embargo, dos han pasado a la historia: Lorenzo Huertas, ejecutor a finales del siglo XIX, más conocido como el 'Maestro Lorenzo' o el 'cortacabezas', y Bernardo Sánchez Bascuñana, el último, fallecido en 1972.
La historia cuenta que los dos verdugos vestían de la misma manera cuando había que trabajar: con una capa negra y sombrero de ala ancha, y es así vestido como dicen que ha aparecido la extraña figura en la Real Chancillería. La aparición data de 1988, cuando una limpiadora del edificio presenció la aparición de una figura, sin rostro, pero ataviada con una capa negra y sombrero de ala ancha. Segundos después, la figura desapareció al final del pasillo, el pasillo donde se guarda, todavía, el garrote vil.
El pub Granero, situado en el centro de la capital, no esconde a su invitado más especial. Vasos que se rompen, susurros, sombras. Rafael Reyes, investigador de fenómenos paranormales en Granada, ha comprobado in situ estas presencias que se manifiestan en el sótano del bar y ha conseguido fotografiar al 'fantasma del Granero'. «En la imagen de la fotografía se ve a un ser con capucha, posiblemente un monje». En el sótano se encuentra una presencia extraña. Además, Reyes logró grabar tres psicofonías en las que pueden percibirse tres nombres propios: Elena, Isabel y Lorenzo o Prudencio, nombres con los que se ha 'bautizado' al fantasma del Granero.
El actual bar era utilizado como granero del Palacio de Abrantes en el siglo XVI. La cercanía del palacio con diferentes conventos hacen pensar a los investigadores como Rafael Reyes que el granero pudo estar conectado con ellos por pasadizos subterráneos, dónde pudieron tener lugar crímenes de religiosos
En Granada ha habido varios verdugos. Sin embargo, dos han pasado a la historia: Lorenzo Huertas, ejecutor a finales del siglo XIX, más conocido como el 'Maestro Lorenzo' o el 'cortacabezas', y Bernardo Sánchez Bascuñana, el último, fallecido en 1972.
La historia cuenta que los dos verdugos vestían de la misma manera cuando había que trabajar: con una capa negra y sombrero de ala ancha, y es así vestido como dicen que ha aparecido la extraña figura en la Real Chancillería. La aparición data de 1988, cuando una limpiadora del edificio presenció la aparición de una figura, sin rostro, pero ataviada con una capa negra y sombrero de ala ancha. Segundos después, la figura desapareció al final del pasillo, el pasillo donde se guarda, todavía, el garrote vil.
El pub Granero, situado en el centro de la capital, no esconde a su invitado más especial. Vasos que se rompen, susurros, sombras. Rafael Reyes, investigador de fenómenos paranormales en Granada, ha comprobado in situ estas presencias que se manifiestan en el sótano del bar y ha conseguido fotografiar al 'fantasma del Granero'. «En la imagen de la fotografía se ve a un ser con capucha, posiblemente un monje». En el sótano se encuentra una presencia extraña. Además, Reyes logró grabar tres psicofonías en las que pueden percibirse tres nombres propios: Elena, Isabel y Lorenzo o Prudencio, nombres con los que se ha 'bautizado' al fantasma del Granero.
El actual bar era utilizado como granero del Palacio de Abrantes en el siglo XVI. La cercanía del palacio con diferentes conventos hacen pensar a los investigadores como Rafael Reyes que el granero pudo estar conectado con ellos por pasadizos subterráneos, dónde pudieron tener lugar crímenes de religiosos