La gastronomía andalusí es la tradición culinaria desarrollada en Al-Andalus entre los siglos VIII y XV. Además de haber pervivido hasta nuestros días la gastronomía andalusí se conoce a través de numerosas referencias literarias, que aún se conservan, de autores de la época. Dichas referencias constituyen una amplia documentación acerca de procesos de conservación, cocción y guisado, así como de costumbres asociadas al consumo de diferentes alimentos.
En la gastronomía andalusí era muy abundante el consumo de pan de trigo duro durante sus comidas. Pan principalmente de dos tipos: el blanco y el que conservaba parte de la cáscara del germen del trigo.
También con harina de trigo se elaboraba la pasta que procedía del norte de África.
Un plato de pasta muy popular en al-Andalus eran los fideos («fidaws» del verbo árabe «fidear», o sea, crecer, extravasarse…). Los fideos se preparaban a base de una masa fluida de harina, que posteriormente se pasaba por un colador, presionándola hasta que se formaban los fideos a través de los agujeros. Se cocinaban con miel y leche a modo de postre, o bien con carne de cordero a modo de primer plato.
Famoso cuscús, plato de origen bereber, que fue introducido en Al-Andalus por los almohades en el siglo XIII.
La adafina (puchero) era propia de los campesinos sefardíes, y se preparaba con cordero y garbanzos.
En la cocina de Al-Andalus eran muy característicos los platos a base de sémola, migas de pan, o grano, mezclados con carne o pescado. Entre estas, que podrían denominarse «gachas» se han recuperado desde manuscritos antiguos la «tarida» y la «harisa», ambas a base de carne y cereal, que también podían cocerse con leche. La «asida» consistía en una masa hecha con agua y harina de trigo, a la que se agregaban diversas verduras frescas y alguna grasa.
El arroz (ar-ruzz) importante elemento de la actual cocina andaluza, en grandes cazuelas a fuego lento, añadiéndole especias y trozos de los más variados pescados. Lo que sin duda procede de la gastronomía andalusí, es el clásico «arroz con leche«.
También elaboraban lo que hoy conocemos como «pan de higo«. Es decir, una densa masa amasada de higos secos, a la que añadían almendra molida, clavo, canela, azúcar y matalahúva.
Se popularizaron algunas especies como la berenjena (al badinyana), las alcachofas (al jarsuf), las espinacas (al esfanaj), y las acelgas (al silka).
Las ensaladas, a base de lechuga, jaramagos, berros, y toda clase de plantas comestibles silvestres, se aderezaban con aceite de oliva y se acompañaban de aceitunas de mesa.
Lenguaje
Costumbres
Los habitantes de Al-Ándalus contaban con características similares a los andaluces actuales: cultura, gastronomía, fiestas...
Los habitantes del al-Ándalus eran muy hospitalarios, alegres y divertidosa. Una de las fiestas más importantes de esa época era el Ramadán, una festividad que se celebraba en el noveno mes del año musulmán y que consiste en abstenerse de alimento, bebida, relaciones sexuales, etc. desde el amanecer hasta la puesta del sol.
Otra de las fiestas religiosas era la Fiesta del Sacrificio o Eid al-Ahda, que se celebraba en el doceavo mes del calendario islámico. Se trataba de una fiesta familiar, así que después de la oración especial se sacrificaba un animal, normalmente un cordero, dirigiendo su cabeza hacia la Meca y dejando que su cuerpo expulsara toda la sangre.
Había una tercera fiesta religiosa llamada Ashura, que consistía en un día de ayuno. Estas fiestas eran celebradas por cristianos y judíos, al igual que los hispanomusulmanes festejaban otras cristianas como la Navidad o el Año Nuevo.
Había otras fiestas de carácter popular, el Nayruz y Mahrayan donde se encendían hogueras, se preparaban platos típicos, se hacían regalos, bailaban al son de la música e incluso se disfrazaban. Encontramos paralelismos entre el Mahrayan y la fiesta cristiana de San Juan que preludia el verano.